Reunida con más de cien becarios, músicos, poetas, pintores, escultores, y repitiendo una y otra vez las palabras: concepto, desarrollo, discurso pictórico, proceso creativo, temporalidades, propuesta, narativa de la obra, etcétera, etcétera, transcurrían tres días en la ciudad de Tlaxcala. Acompañada del sonido de una cascada y de unas tremendas lluvias, esperaba la hora de comer para tomar aire y explorar los alrededores. Fue justo en un poblado cercano (a 10 minutos del hotel) llamado Atlihuetzia donde encontramos un momento de silencio y también, una excelente comida. El restaurante "tikytos" se encontraba al final de una calle empedrada y frente a un ex-convento franciscano del siglo XVI, la vista era espectacular pues al oriente veíamos el cerro de la Malinche y al poniente el Popocatépetl y el Iztaccíhuatl. Allí probamos las "indias vestidas", tortillas rellenas de queso, capeadas con huevo y bañadas en caldo de jitomate, y el tradicional "pastel de Coaxamalucan", requesón bañado en un jarabe de miel y limón, acompañado por supuesto de un café de olla con todo y su piloncillo. Este lugar y su deliciosa comida me lleno de energía para continuar mis últimas horas de este encuentro de becarios. Una vez terminada la reunión y con muchas ganas de regresar a casa y tomar nuevamente la carretera, recordamos que había una exposición de Cy Twombly en el Museo Jumex de la ciudad de México. Recuerdo haber visto por primera vez a Twombly en el MOMA en Nueva York y desde entonces su pintura se grabo en mi como un tatuaje. Mirando y sintiendo cada obra, recorriendo cada cuadro, cada escultura y cada dibujo, avanzando con calma y con la paciencia de un ojo que no quiere que se le escape nada, sentí como Jordi se acercaba a mi y en secreto murmuraba: te regalo este cuadro de Twombly, es el que más me gusta, y durante unos largos minutos contemplamos ese cuadro que había sido pintando, como casi toda su obra, en la ciudad de Roma.
Yo pensé que mi viaje era Querétaro-Tlaxcala-Querétaro, pero la vida me sorpendió con trayectos que no estaban planeados, trayectos que no encontré en google maps ni en el waze.
The Rose (IV), 2008 / Acrylic on plywood 99 1/4 x 291 1/4 inches (252 x 740 cm)
Jordi Boldó y Esmeralda Torres en Atlihuetzia. Julio 2014.